Muchas ganas teníamos de que llegara esta fecha en nuestra gira, ya que no todos los días son unos amigos los que organizan un festival y te llaman para cerrar su cartel. La iniciativa además era pionera ya que era el primer festival de sus características que se celebraba en Murcia por lo que poner nuestro granito de arena para la causa fue una alegría. El fest-trival lo organizaban nuestros colegas de Wirdamur, una banda que conocimos en los últimos medievales de Teruel y con la que congeniamos de maravilla desde el primer momento. Enseguida tuvimos claro que teníamos que trabajar juntos y la experiencia ha sido formidable.

Partimos hacia tierras murcianas en dos grupos. Emilio, Marieta y José Manuel  bajaron en  furgoneta trasladando todos los cachivaches para el bolo y el resto viajamos hasta alicante en avión. Salimos con casi media hora de retraso por lo que se nos paso la hora de comer. Además, para los fumadores se hizo una espera bastante larga. El vuelo fue de lo mas peculiar ya que el billete nos salio muy barato y la compañía intentó sacar un dinero extra vendiéndonos absolutamente de todo. Todavía estaba es ascenso el avión cuando apareció el primer auxiliar de vuelo (antes azafatas/os) empujando un carrito literalmente cuesta arriba. Todo un espectáculo de interpretación que en ocasiones rozó lo cómico.  Una vez se estabilizó el avión, se inicio un peculiar peregrinar de los auxiliares acompañado de una narración primero en ingles y después en castellano ofreciéndonos todos los servicios imaginables. En primer lugar comida caliente. Pizzas, bocatas y demás viandas. Después bebidas refrescantes, aguas y patatuelas. Tras ello, cafés y bebidas calientes. Tras la comida, otro auxiliar nos ofreció unas cajetillas de tabaco para avión, que por lo visto no echa humo. Al módico precio de 6€ la cajetilla. Si esto nos pareció poco otra señorita nos ofreció unos rasca y gana de ryanair entre el delirio popular. Y cuando nos preguntábamos qué sería lo siguiente…. Colonias y perfumes!! Sí señor. A pasajeros que eligen ryanair como forma muy económica de volar nos ofrecieron colonias de primera marca que costaban 30€ las más baratas y de ahí para arriba. Totalmente surrealista.

A nuestra llegada nos hicimos unas fotos a pie de avión para la posteridad. Lo cómico fue que a nuestra algarada se sumaron los pilotos del avión que para nuestro delirio nos saludaron con gestos y cuernos “heavys”.

Cuando llegamos, Guillermo de Wyrdamur nos estaba esperando con una pancarta con nuestro nombre. Como a los famosos!! Jajaja. Lo malo es que el mozo se equivoco de Terminal y ahí estaba él, con su pancartica y buscándonos por todo el aeropuerto. En cuanto nos encontramos y tras dos millones de abrazos bajamos hacia Murcia.

Cuando llegamos hicimos una breve visita al recinto en el que se celebraría el festival al día siguiente y nos fuimos a comer. Como eran cerca de las 5 de la tarde los escasos bares que encontramos abiertos no nos ofrecían algo capaz de saciar la voracidad de nuestros almogávares estómagos. Tras unas vueltas por Murcia, decidimos deleitarnos con la más tradicional comida murciana. MacDonals. (que vergüenza). Tuvimos que repetir varias veces para engañar el hambre por que de la hamburguesa que sale en la foto, a la cosa que te meten en una caja… yo en concreto me comí 3 hamburguesas. En fin. Que lo mejor fue el ratico que se pasó el anfetas en la atracción para críos que hay en la entrada.

Tras comer y sin ninguna prisa, aprovechamos para visitar con Guillermo el casco histórico de Murcia así como su preciosa catedral. Disfrutamos mucho con la visita ya que normalmente no tenemos mucho tiempo para visitar los lugares donde tocamos. Unas cervecicas por bares típicos y a cenar!!! Guillermo nos llevo al terreno que su familia tienen en Alcantarilla y allí nos agasajaron con una parrillada de chorizo, panceta, morcilla y demás productos porcinos que nuestros maños paladares disfrutaron de verdad. Tras la cena y con los wyrdamur por allí pues se inició una jam session a cubatazo limpio que hizo que nos tuviéramos que quedar a dormir allí.

Ya por la mañana desayunamos unos choleck con sobaos y nos desplazamos a la prueba de sonido. Montaje, prueba y comimos en las barras del mismo festival. Nos dieron unas empanadas de carne típicas de Murcia que quitaban el sentido. (Algunos repetimos, jeje). Después de comer nos echamos una siesta al sol. Sí, porque en Murcia estábamos en manga corta!!.  Una vez comenzó el concierto pudimos disfrutar viendo los conciertos de la gente con la compartimos escenario. Desde la experiencia mística de OAK, hasta el folk más tradicional de los murcianos Paus da vida. Tambien pudimos admirar a los grandes, muy grandes longa organa, geniales zanfonistas que juegan y experimentan con nuevos sonidos y nuevos ritmos haciendo que el instrumento suene de mil maneras distintas y montando un directo espectacular. Cuando wyrdamur fueron a comenzar su concierto nos bajamos a los vestuarios a  prepararnos por lo que no pudimos verlos pero sí disfrutamos de su música ya que se oía perfectamente. Tocaban en casa y el publico respondió perfectamente.

Por fin salimos a escena precedidos de nuestra guerrera intro. Desbocados y con ganas de comernos el escenario y con la rabia de tener que cortar temas ya que tan solo teníamos una hora de repertorio.  Se noto mucho que la gente de Murcia nos conoce y se sabe las canciones, gracias al gran trabajo de promocion que altruistamente nos han hecho los chicos de wyrdamur. Corearon y cantaron las canciones con entusiasmo y nos transmitieron una energía brutal. Al final subieron a cantar con nosotros en el escenario el brindis de taberna. La gozamos de verdad compartiendo ese momento con nuestros amigos. Tras el concierto y diez millones de fotos nos pusimos con la faena más tediosa de todo concierto. Desmontar la escenografía y cargar la furgoneta. Agotados nos tomamos unos ronsitos y nos fuimos a dormir al colegio de maristas donde nos habían preparado unas estancias con unas colchonetas. No faltó el habitual concierto lurtero de ronquidos. Por la mañana y tras una ducha nos marchamos hacia el aeropuerto. Eso sí, tras comernos una rosca y unos chocolates recién hechos. Nos llevó el padre de momo y enrique. La verdad es que toda la familia nos ha tratado genial y les damos las gracias. Una vez en alicante cogimos el vuelo a Zaragoza mientras Emilio, anfetas y angelico hacían el viaje de regreso en la furgoneta. Nos fuimos contentos y felices. Tanto que ya pensamos en el concierto del año que viene. Contentos de haber conocido una tierra tan hermosa y felices de sentirnos amigos de una gente maravillosa que nos ha tratado de lujo en todo momento. Ahora sí que podemos decir eso de:

Murcia, qué hermosa eres!!!

 

Chaime Magallón

Cronista del día